Algunos lloran, se retuercen, gritan, convulsionan... Llevo 14 años utilizando la electricidad como tortura y nunca ninguna persona reacciona igual. Es curioso lo del ser humano y sus reacciones. Al final la mayoría habla, aunque alguno se me han muerto, sobre todo cuando empecé, es difícil saber donde está el límite. Pero no te preocupes, tu tienes cara de hablador
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