Antes de marcharme me miré para tratar de recordarme allá donde fuese. Me miré sin enjuiciar, sin sentenciar, sin tan siquiera hacer un balance. Solo me miré para verme, para asegurarme que había sido. Y en mi, me ví, supe, decidí y tranquilo me marché.
De psicoanálisis, jajaja, y sin embargo es un instante bastante "cotidiano". Muy bueno
ResponderEliminarCierto es, y creo que necesario,. el sabernos vivos, propios y capaces de tomar decisiones. Aunque estas sean las últimas, que no es el caso.
ResponderEliminarUn abrazo Luis